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La Amistad es uno de los lazos más poderosos que existen, hay personas que le dan valor individual, como por ejemplo cuando de entre tantos amigos hay uno que siempre está allí para tí, te dices: ¡Es clase a parte conmigo¡ pero no es cuestión de clases, sino de la exposición de la manera e ver el mundo y si comparten la misma visión entonces se enlazan las almas en una conjugación única.
Ayer me llamó una de mis mejores amigas, digo una de ellas porque tengo varias para casos, situaciones y circusntancias específicas, pero ésta amiga mía es especial. La conocí en la universidad el año pasado, en vísperas de su cumpleaños. Ella es muy carismática, tiene mucho que decir, dar y recibir, tiene la capacidad de hacerme reir y no teme a decir la verdad.
Al principio hablamos de las clases, de los amigos y de novios pero despúes nos tornamos más unidas. Ya para los días de mi cumpleaños eramos muy amigas, si bien es cierto que recuerdo con melancolía la fecha de mi cumpleaños también siento que ese fue el año de los mayores cambios en la vida de ambas.
Desde entonces eramos ella, un amigo mio y yo conversando a las afueras de la universidad con un cigarrillo en la mano derecho y un café en la otra. Eramos los tres en su casa cocinando y compartiendo una buena película, eramos ella y yo conversando pacifícamente en su balcón, era yo concinandolé gatellas de chocolate sobre el mesón de la cocina y ella mirandome mientras se comía la masa.
Los tres sentados en su cama, dormidos en la sala con la puerta abierta y dejando que el aire nos diera en el rostro, los tres en el carro de él paseando por toda Caracas. Eramos, eramos... ella no está. Las circustancias de la vida de los tres nos llevaron a tomar caminos diferentes. Ella despúes de tanto pensar que hacer con sus 25 años tomó la decisión de dejar la universidad. Pasaron los días y mientras conversabamos en su casa ella me decía: ¡Negra me quiero ir de aquí! y yo le preguntaba que de dónde y su respuesta fue: ¡del país!. No me podía creer lo que escuchaba, de allí en adelante cada vez que la veía me decía que se quería ir, cuando estabamos los tres también y él le decía que hiciera lo que a ella mejor le pareciera.
Pasado entonces un tiempo dejo de decir que se iba y llegó el hecho, de verdad se iba. No se porque la evité por tantas semanas, ella llegaba a la universidad a buscarme y yo me perdía y así sucedieron muchas veces de parte y parte. El amigo de ambas siemrpe estuvo en medio pero nunca se metió a defender las opiniones de las dos en cuanto al viaje. Los primeros días de octubre me enteré por boca de mi amiga que ella se había ido, lloré desesperadamente por no haber estado para ella en un momento tan duro como dejar tu casa, amigos y familia para partir a otras tierras.
Mi alejamiento se debio a que si era verdad que se iba no quería tener entre pecho y espalda el sentimiento de perdida cada vez que la viera, pero la verdad que fue más doloroso enterarme que ya la había perdido. Fueron unas semanas muy duras las que pasé intenta conseguirla por la web, hasta que al fin dí con ella.
Lloré nuevamente al sentirla por msn, hablamos 2 horas de lo que nos había pasado durante el período de rechazó que tuve hacía su idea de irse del país, discutimos sobre los problemas que tuvimos los tres en el proceso, recordamos los últimos momentos que pasamos juntos los tres, dos de nosotros y los solitarios. Al quedar los dos solos, mi amigo y yo comenzamos a hacer críticas en los estilos de vida que llevabamos, no aguanté más y no quise hablar más con él.
Mi amiga se enteró de ello y me dijo que todo lo que había dicho era verdad y que lo que yo le había refutado a él también lo era, pero que no dejaramos pasar el momento para pedirnos disculpas, ese momento nunca llegó pero aún tengo los recuerdos de los tres.
Si contará toda la historia se me iría un día, porque hay algunos hechos como esté último que ocurrieron de una manera muy fría pero a su vez que sirvieron de aprendizaje para ésta su autora.
A mi amiga que leerá esto, te quiero mucho... Tu misma sabes que todas las noches rezo por tu bienestar, rezo para ver de nuevo y que siempre estoy pensando en nosotros tres aunque ya él no quiera saber más de mi. Soy tu amiga sincera que sólo quiere lo mejor para ti pero me dolió nucho que te hayas ido y me hayas dejado con una realidad tan absurda como la que vivo actualmente despúes de tener tantos meses en la plena felicidad. Al tu irte dejaste abierta la puerta para que mi verdad y la suya chocaran entre ellas.